El reconocimiento de la fecundidad: una medicina al servicio de la esperanza
La sexualidad es un ámbito de la vida humana que se abre al futuro. Y es un futuro que no solo prolonga el presente, sino que lo renueva, al unir a los esposos y al generar al hijo. Por tanto, la sexualidad tiene que ver con la esperanza. Por eso la medicina que se ocupa de la sexualidad puede ponerse al servicio de la esperanza. Para ello tiene que situar la acción médica en el conjunto de la relación sexual y de la plenitud humana que ésta contiene. Es decir, igual que el médico, para sanar el organismo, depende de la vitalidad de ese organismo, así, al ocuparse de la sexualidad, depende de una vitalidad que le precede. Es la vitalidad del cuerpo sexuado y fecundo, hecho para la relación del hombre y de la mujer capaz de transmitir la vida. ¿Cómo puede servir la medicina a esa relación, de modo que se convierta en una medicina que genere esperanza?