Navidad: Jesús salva la carne que el Creador modeló en el principio
“El Verbo se hizo carne” (Jn 1,14). “Lo envolvió en pañales, [...]
“El Verbo se hizo carne” (Jn 1,14). “Lo envolvió en pañales, [...]
Como ha señalado papa Francisco, es urgente una verdadera conversión pastoral y misionera. Para poder ofrecer una valoración atinada y una propuesta inteligente de renovación, es preciso considerar en primer lugar la atención pastoral de Cristo, el buen pastor. Nos inspiraremos en el diálogo de Jesús con la samaritana. Allí veremos que solo una pastoral evangelizadora configurada desde la verdad del amor permite que la gracia de Cristo ilumine y transforme el corazón humano y la sociedad. ¿Cuál fue la perspectiva de la pastoral de Jesús con la samaritana? El Señor “dirigió una palabra a su deseo de amor verdadero, para liberarla de todo lo que oscurecía su vida y conducirla a la alegría plena del Evangelio” (Amoris laetitia 294). En este pasaje clave del evangelio de San Juan, la verdad del amor se presenta como un elemento imprescindible y el hilo conductor del pastoreo de Jesús.
El artículo presenta la persona y obra de Cristo como clave de unidad entre la verdad y el amor, tan divididos en nuestra época. Explora para ello la noción evangélica de verdad, siguiendo sobre todo el Evangelio según san Juan. La verdad aparece vinculada a la vida en carne de Jesús, y su culmen se nos da en la Eucaristía, donde se contiene el misterio pascual. El nexo entre verdad y cuerpo resulta decisivo: el cuerpo es el espacio desde donde nos abrimos al conocimiento del Creador y de los hermanos y, por tanto, el cuerpo es el espacio donde se manifiesta la verdad. Desde esta conexión entre verdad y cuerpo se entiende que la verdad que trae Jesús (y que Él mismo es) consiste en la verdad del amor.