• Conocer el amor no es fruto de una reflexión racional, sino del encuentro con una persona que nos abre un nuevo horizonte para nuestra vida . Se trata de un horizonte lleno de sentido, anclado en la Verdad. Existe, por tanto una verdad en el afecto, una verdad del afecto, que es posible conocer y vivir . Acompañar en esta búsqueda al hombre actual es, al mismo tiempo, la tarea que tenemos delante y el don que se nos ha concedido.