• Podríamos decir que atravesamos hoy una época de post-identidad, caracterizada por la superación de las categorías propiamente personales en la definición de nuestra propia identidad humana, especialmente en lo que se refiere a la corporeidad y a la sexuación. La magnitud de lo que está en juego me ha llevado a preguntarme por dónde comenzar, qué vías, qué caminos apuntó en su momento Juan Pablo II para recorrer esta «crisis» actual, es decir, este momento decisivo que atravesamos, en una cuestión de capital importancia, como es la identidad humana y la diferencia sexual. Me voy a detener a considerar algunas de esas vías, y en concreto me voy a referir a cuatro: 1. La vía de la experiencia del cuerpo y de la diferencia sexual. 2. La vía de la propia interioridad. 3. Reconstruir la unidad originaria varón-mujer 4. La vía de la mujer y de la maternidad.