La relevancia de la encíclica «Dilexit nos»
Al final del Sínodo sobre la Sinodalidad, el papa [...]
Al final del Sínodo sobre la Sinodalidad, el papa [...]
Introducción al libro Juan José Pérez-Soba, La caridad. El camino [...]
¡Adelante, Pedro, con juicio, si puedes!" es la expresión, en español, que se ha convertido en proverbial, y que Alessandro Manzoni, en su obra maestra Los Novios, pone en boca del Gran Canciller español de Milán, Antonio Ferrer. Este último se dirige a su cochero mientras su carruaje avanza rodeado del pueblo alborotado por la hambruna, que se ha sumado a la peste. El Diccionario editado por José Noriega y René y Isabelle Écochard es un valioso instrumento intelectual, científico, teológico, moral y pastoral para "avanzar" (adelante), pero por el camino del auténtico progreso (con juicio), que considera el sexo en la vida humana y cristiana no como un peligro del que hay que protegerse, ni como una diversión desprovista de responsabilidad, sino como una dimensión constitutiva de la plenitud humana, de esa vocación al amor, que siempre está íntimamente ligada al don de sí mismo en la comunión y a la fecundidad.
La encíclica Humanae vitae inició una colosal aventura intelectual en la que filósofos, teólogos, sociólogos, médicos, biólogos, pedagogos y pastores se pusieron a trabajar para reconstruir una figura humana de la sexualidad en la que el hombre pudiera vivir una vida plena y sostenible en el tiempo. Este Diccionario pretende poner a disposición del lector el éxito de esta aventura. En esta voluminosa obra se recogen los frutos de cincuenta años de investigación y trabajo de campo, y se ofrecen al lector las claves de lectura necesarias para descifrar el enigma de la sexualidad según el designio del Creador. El Diccionario es una obra de referencia para profesores y estudiantes universitarios, así como para cualquier persona interesada en el tema. Su novedad, claridad, concreción y profundidad la califican como una obra inédita, en la que el lector puede encontrar una argumentación razonada y las claves de lectura necesarias para estructurar la comprensión de los temas y comenzar a investigarlos. Han participado más de 200 autores en la elaboración del Diccionario.
Quisiéramos indicar de forma muy sintética dos puntos fundamentales que conciernen a las razones inspiradoras del proyecto Veritas amoris: el primer punto se refiere a la situación de crisis en que nos encontramos; el segundo, a las sendas de fecundidad que nos parece necesario abrir en esta situación histórica.
El amor como promesa, comprendido de forma también cognoscitiva es en verdad la luz fundamental de la acción cristiana. Por su valor de movimiento es entonces un verdadero caminar, la luz de la fe es respecto de un amor que ha de configurar toda la vida del hombre. La correlación entre el don y la promesa da unidad al tiempo de la vida del hombre y configura ese camino de amor del que hemos hablado. La narratividad cristiana tiene entonces un sentido sacramental inherente en el que el hombre recibe el don de Dios en la configuración de una vida completa.
Conocer el amor no es fruto de una reflexión racional, sino del encuentro con una persona que nos abre un nuevo horizonte para nuestra vida . Se trata de un horizonte lleno de sentido, anclado en la Verdad. Existe, por tanto una verdad en el afecto, una verdad del afecto, que es posible conocer y vivir . Acompañar en esta búsqueda al hombre actual es, al mismo tiempo, la tarea que tenemos delante y el don que se nos ha concedido.
El artículo presenta la persona y obra de Cristo como clave de unidad entre la verdad y el amor, tan divididos en nuestra época. Explora para ello la noción evangélica de verdad, siguiendo sobre todo el Evangelio según san Juan. La verdad aparece vinculada a la vida en carne de Jesús, y su culmen se nos da en la Eucaristía, donde se contiene el misterio pascual. El nexo entre verdad y cuerpo resulta decisivo: el cuerpo es el espacio desde donde nos abrimos al conocimiento del Creador y de los hermanos y, por tanto, el cuerpo es el espacio donde se manifiesta la verdad. Desde esta conexión entre verdad y cuerpo se entiende que la verdad que trae Jesús (y que Él mismo es) consiste en la verdad del amor.
La sexualidad es un ámbito de la vida humana que se abre al futuro. Y es un futuro que no solo prolonga el presente, sino que lo renueva, al unir a los esposos y al generar al hijo. Por tanto, la sexualidad tiene que ver con la esperanza. Por eso la medicina que se ocupa de la sexualidad puede ponerse al servicio de la esperanza. Para ello tiene que situar la acción médica en el conjunto de la relación sexual y de la plenitud humana que ésta contiene. Es decir, igual que el médico, para sanar el organismo, depende de la vitalidad de ese organismo, así, al ocuparse de la sexualidad, depende de una vitalidad que le precede. Es la vitalidad del cuerpo sexuado y fecundo, hecho para la relación del hombre y de la mujer capaz de transmitir la vida. ¿Cómo puede servir la medicina a esa relación, de modo que se convierta en una medicina que genere esperanza?
Las dos historias recogidas en "Diarios de Adán y Eva" por Mark Twain fueron escritas en 1893 y 1905 respectivamente. Aunque hay más de diez años de diferencia en su composición, Twain pensó que era muy apropiado publicarlos juntos debido a sus evidentes conexiones. Esto ocurrió por primera vez en 1906 en la colección de cuentos titulada The $30 000 Bequest. El Edén no es un lugar sino una persona. Como sugiere el autor de la Carta a los Efesios, el marido y la mujer están destinados a ser el uno para el otro signos de esta Persona, que es el cielo (cf. Ef 5:31-32). Mark Twain se detuvo en el signo, buscando la salvación en el amor humano sin conectarlo con el amor divino. Pero al dirigirse al signo, inevitablemente, quizás a pesar de sí mismo, también tocó la realidad mayor, para la cual el amor de los dos es un sacramento: un signo eficaz que ya contiene misteriosamente la realidad que significa.